sábado, 31 de marzo de 2012

Un tirano en mi cocina


Escondí el anillo de casada en el delantal y suspiré hacia adentro. Como ya no me temblaban tanto las manos, coloqué el segundo tomate y comencé a cortarlo en trozos generosos al mismo tiempo que seguía de reojo sus progresos con el pepino. Se notaba que era la primera vez que lo hacía pero asombraba el manejo virtuoso del cuchillo y esa mezcla de seguridad y falta de humildad que tienen los tiranos. Ahora mismo mostraba interés y calma. Mis nervios desaparecían y el corte de la mejilla había dejado de molestarme. Siguiente tomate. Siguiente Ajo. Cebolla. Pimientos.
“¿Por favor, me acercas el pepino? “. Le solicite amable como si de un pinche de cocina se tratara.
“Claro que sí. Soy un dictador muy educado. A veces creo que la gente tiene una imagen muy distorsionada de mí. Una imagen que no es real. Yo solo quiero lo mejor para mí y los míos.”
“Efectivamente, para ti y los tuyos pero… ¿Y  los míos? Seguro que esa es la razón por la que has huido y me tienes aquí contigo”. Pensé mientras metía todos los ingredientes del gazpacho en la batidora de vaso que me regaló mi hermana por mi segunda boda.

lunes, 26 de marzo de 2012

Capitalismo o desarrollo


Hubo un tiempo en que todo estaba dividido en dos, separado por un hilo de acero que separaba con decisión dos formas de entender el mundo. La guerra fría se mantuvo durante casi 50 años a todos los niveles, los visibles y los invisibles. 

Durante este tiempo, el capitalismo y el comunismo se entendían como formas (más o menos  validas) de mirar el futuro. No es mi objetivo el comentar aquí la autoridad de ninguna de ellas, ni hacer juicios sobre lo que las manos del hombre han hecho con cada una de las ideas que ambas ideologías tienen o tuvieron. La cuestión es más simple que todo eso. En aquel tiempo, había dos fuerzas que luchaban por imponerse entre ellas. Hoy solo hay una. El capitalismo comenzó a expandirse. En algunos sitios a fuerza de tropas aliadas y en otros a ritmo de avaricia silenciosa. El mayor enemigo de todas las ideologías es y será siempre la avaricia de los hombres.

Pensábamos que habíamos encontrado la forma de vivir y ahora no lo tenemos tan claro. La avaricia terminó con el comunismo y ahora amenaza al capitalismo. Ahora somos capaces de ver lo que está sucediendo al otro lado del planeta y eso despierta envidias. A su vez, algunos mantienen la búsqueda constante de la riqueza infinita y siguen jugando con nuestros ahorros. Todos tenemos objetivos en la vida, algunos buscan  huir de los apuros económicos y otros buscan un Iphone blanco de 32Gb y duermen al raso para conseguirlo. Eso es capitalismo?.

Ayer, en el reportaje de Salvados, Jordi Evole le preguntaba a una señora cubana en la cola de un cajero automático:
­­--‘¿No es un cajero un símbolo del capitalismo?
--‘No¡’. Respondió contrariada.
--‘Eso es desarrollo. O es también un ordenador capitalista??’

Llevo pensándolo todo el día. Creo que a veces es difícil diferenciar entre desarrollo y capitalismo. Creo que hoy somos capaces de hacer cosas que nos facilitan la vida a diario, pero si nos perdemos en el deseo hueco seguiremos el camino equivocado.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Sigue el camino de baldosas amarillas


El ventilador ralentizaba una vez más otra mañana sofocante de verano, mientras mi tía Aurelia apretaba con furia la antigua máquina de hacer churros. Era domingo, y una vez mas, mi hermano y yo parecíamos dos gotas de agua. Camisa blanca y el peto de pana granate que odiaba con todas las ganas que puede odiar un niño de mi edad. En el ambiente ‘nenuco’ y aquel pesado olor a bitumen que abrillantaba con clase los zapatos gorila todos los domingos.  Apreté los dientes y salté de la silla con decisión. Hoy no. Hoy no voy a ir a misa. Cogí un churro y comencé a correr por el camino de baldosas amarillas.

lunes, 12 de marzo de 2012

El acelerador de particulas


Lo único que quiero hoy es no escribir. Tengo tantas cosas que lanzar que tengo miedo de romper algo con lo que después pueda cortarme. Necesito un radio de acción tan grande como para no distinguir entre las rectas y las curvas. Como un científico ciclista liderando la masa crítica dentro del acelerador de partículas, venciendo las normas de la física y llegando antes que neutrinos perezosos a retar la teoría de la relatividad. Por eso no voy a escribir, me voy a limitar a cruzar las piernas y contar los minutos que tiene un reloj, a tararear el tiempo y merendar algo salado que calme mi tensión y me quite el hambre.
Mientras tanto, en el centro de la ciudad:
-‘¡Calladito estas mas guapo¡’. Le dijeron los ladrones a aquel hombre sentado en la puerta del banco.
Moraleja:  en algunos cuentos los ratones también comen gato…

martes, 6 de marzo de 2012

Pobre Bobby Brown

Hay veces que un titular se abalanza sobre ti y tienes que leer la noticia dos veces antes de volver a respirar. Esto me ha sucedido hoy con el siguiente titular: “Bobby Brown, el ex marido de Whitney Houston, ha dicho que ella le metió en el mundo de las drogas”.
¿Y si fuera cierto? Reconozco que cuesta pensarlo, que no es lo que nos han vendido y no encaja con el cuento de la diva consumida por el peso de la fama y una vida decadente llena de adicciones. Pero a veces me gusta pensar que las cosas no son como nos las han contado. Puede que en el día a día, mientras Bobby leía el último libro de Nuria Roca, Whitney llegara a ritmo de crack, metida hasta los ojos, hasta que un día, el pobre Bobby, decide unirse a la fiesta y encuentra el camino del alambre. El resto ya lo saben, daría para unos cuantos capítulos de género negro…(ya me entienden).
A veces las cosas no son como nos las han contado, puede que la infanta Cristina no sea una persona tímida e ingenua, o incluso puede que la situación de Siria sea mas grave que un simple correcalles exótico. No lo sé. No es lo que me han contado, pero por si acaso voy a pensarlo dos veces.

domingo, 4 de marzo de 2012

La estrategia de un plan me avala

Aterrizo en el fin de los tiempos conocidos, mientras te acercas a mí y te mantienes a una distancia prudencial como los abismos. He llegado a conocer donde están tus limites y a acariciar los míos con el cuidado que me dan los años que se van quedando. Ahora sé dónde estamos y la estrategia de un plan me avala. A veces intento hasta cuidar los detalles aunque yo no sea así. El futuro no lo escribe ni la mismísima Angela Merkel. Cada paso me acerca a un día más claro cuando al otro lado de la ventana, llueve.