jueves, 2 de febrero de 2012

Señoras que seleccionan naranjas

Algunas cosas me hacen pensar que soy mala persona. Quizás el problema es que me haya vuelto cívico, europeo, y  reniego de ese espíritu tan patriótico de picaresca y cabrales que tanto nos ha caracterizado a lo largo del tiempo pero no, no puedo, es superior a mi. Creo que el fondo es egoismo. Me cuesta pensar que las cosas no deben de ser como yo creo que deben de ser. Necesito la razón a mi lado y a veces no encuentro el otro lado de las cosas mas simples. De verdad que a menudo lo intento, doy la vuelta a la caja e intento encontrar el otro lado. Se supone que existe, es mas, otras personas lo ven y no ven el que yo veo. Y si lo veo, tampoco se soluciona el problema, pues no lo entiendo y entonces empiezo a pensar que soy una mala persona. Y mas aun si el origen es un Mercadona y una pareja de señoras con mas de 70 inviernos y hábitos anidados.


Aunque soy mas bien alérgico a la fruta en su temporada, se me antojaron naranjas. Despues de buscar un rato, vi que había unas cajas con un aspecto muy de campo, y junto a ellas, dos señoras, una a cada lado, en pleno proyecto de investigación alimentaria. En ese momento entendí el significado de las pegatinas de las naranjas que nunca habia entendido. Fruta EXTRA seleccionada. Se coge una naranja, se mira, se toca, se retoca, se aprieta, se huele, se soba, se pasa a señora B, se toca, se deja, se vuelve a coger, se coge otra naranja, se toca, se pasa, otra naranja, se toca... Entiendo en el departamento de calidad un organigrama claramente definido. Señora A es la técnico de calidad, y señora B la responsable del departamento. No voy a hablar aqui del carnet de manipulador de alimentos, pero asi debió de ser el proceso cuando una de cada cien naranjas se vestian con papel color arroz.

Evidentemente me acerqué.  ¿Es necesario examinar todas las naranjas si solo vais a comprar 3?
La señora B me respondio: "Pero si la monda no se come¡¡..."
Y pensé... me mondo.





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