miércoles, 22 de febrero de 2012

La ciencia del caos (I)

El origen de la tierra es el mismo que el del sistema solar, una mezcla de Helio e Hidrogeno en equilibrio. Un buen principio para un todo tan complejo. Como las buenas recetas, después de un tiempo de cocción a ralentí, la materia entró en ebullición y generó lo que hoy se conoce como Big Bang. Me hubiera gustado estar cerca, sentado en una butaca de ante mientras el todo se convierte la nada, en energía, en partículas pequeñas que forman hoy lo que tú eres. Lo que yo soy. Después  aparecieron los bonobos y los chimpances, y como no siempre es fácil demostrar la virilidad primate, comenzaron a caminar erguidos. Sinceramente pienso que este proceso evolutivo está cambiando, yo cada vez camino con la espalda mas encorvada y me gustan más las sensaciones horizontales.

 Y cazaban. Crearon útiles para cazar mamuts y bisontes. Razonaron piedras quebradas e incisivas. En definitiva, toda acción era parte de la propia supervivencia. El plan consistía simplemente en sobrevivir, y para ello era necesario cazar, era necesario matar, era necesario follar y era necesario luchar. Todo tenía un simple objetivo.  Durante un tiempo la realidad fue simple.

Ciertamente, la historia de la humanidad fue así hasta la revolución industrial. El deseo de producir más bienes de consumo favoreció la aparición de fábricas, cadenas de producción, plantaciones extensivas etc. Este supuesto progreso nos permitía generar más riqueza y durante este tiempo el progreso necesitó gran cantidad de mano de obra. En el mundo desarrollado, ya existe la tecnología para generar aquello que necesitamos. Ya no es una cuestión de supervivencia, es un problema de consumo. No trabajamos por lo que queremos sino por aquello que nos dicen que necesitamos, y a veces pienso, si hay trabajo suficiente para todos. Si no habremos llegado al límite.

(fin parte I)



No hay comentarios: